Robin Williams es Eisenhower, Jane Fonda, Nancy Reagan, Alan Rickman, su Ronald, James Marsden interpreta a JFK, Liev Schreiber a Lyndon B. Johnsson y John Cusack al mismísimo Nixon. A tan notables jefes del estado y primeras damas sirvió, a lo largo de 30 años, el mayordomo de la Casa Blanca que es el hilo conductor de este Megahit. Una historia que se basa en las idas y venidas por tal insigne edificio del Eugene Allen, que le sirvió el té a 8 presidentes, hasta que se jubiló coincidiendo con la llegada de Obama al lugar. Casualidades de la vida.
Su historia llamó la atención de la industria del cine cuando apareció publicada en un artículo del periodista afroamericano Wil Haygood en The Washington Post.
Le presta rostro, empaque y voz un enorme actor, Forest Whitaker mostrando en cada gesto y en cada inflexión lo que piensa, desde la inculcada humildad del que fue esclavo y negro doméstico en una plantación y el agradecimiento a los blancos por tan destacado rango entre la servidumbre, sobre los vaivenes de los que fue testigo mudo. De la historia en general y de la lucha por la igualdad de la comunidad negra en particular. De las revueltas estudiantiles, a los desmanes del Ku Klux Klan. De los asesinatos de John Kennedy o Martin Luther King a la aparición de “Los panteras negras” o la Guerra de Vietnam. Del Watergate, a la corte de los Reagan.
Barack Obama estuvo a punto de interpretarse a sí mismo en el filme, por su amistad personal con el director y la protagonista del filme. Sin embargo, su equipo no lo consideró adecuado.
Mientras, en su propia casa, los problemas se acumulan. Su esposa, interpretada por Oprah Winfrey, sufre los problemas de quien se siente abandonado y entiende que su marido está más preocupado por lo que ocurre en la residencia presidencial que en su propia casa. Sus dos hijos son como la cara y la cruz de una misma moneda, y, como la mayoría, son fuente inagotable de enfrentamientos, malentendidos y preocupaciones. Como la vida misma. O más allá.
La película fue filmada en Luisiana en cuanto a los exteriores y en estudio la mayor parte. Allí se recrearon diversas localizaciones en las que se produjeron acontecimientos destacados.
El propietario del plató que reproduce al detalle el interior de la Casa Blanca se ha hecho millonario alquilándolo dada la ingente cantidad de películas y series que lo necesitan.
Lee Daniels, el director, es uno de los grandes talentos de los últimos tiempos tanto en el cine como en la televisión con una trayectoria muy marcada en pro de la igualdad y contra el racismo. Hombre de gran sensibilidad y carisma, llamó la atención gracias a un filme pequeño en medios, pero grande en emociones y conflictos. También es el creador de la tragicómica serie “Empire”.
Daniels, de 58 años, sufrió continuado maltrato por parte de su padre, policía, durante la adolescencia y juventud ya que éste no aceptaba su opción sexual.
Se sintió como pez en el agua moviéndose entre ese espectacular reparto, casi todos son amigos personales suyos, aunque apenas aparezcan en pantalla unos minutos. Dos de ellos, desgraciadamente, fallecieron poco después: El inimitable Robin Williams, el actor de las mil caras, el payaso triste que no pudo aguantar la sonrisa por más tiempo y Alan Rickman, uno de los mejores villanos de la reciente historia del cine, que será para siempre en nuestra memoria el pérfido profesor Snape de quien tanto aprendió Harry Potter. Jane Fonda y Vanessa Regrave, que fueron grandes amigas y auténticos iconos del cine de todos los tiempos se reencontraron en el cartel del filme, 40 años después del éxito de la legendaria “Julia”.Fonda, la “roja” de Hollywood – la apodaban Hanoi Jane – interpreta a Nancy Reagan, una de las primeras damas más conservadoras de la historia.
Junto a ellos, actores tan interesantes como Marsden, Schreiber o Cusack y un buen puñado de artistas afroamericanos que quisieron participar en el filme, por su interés artístico y su grado de compromiso, en cometidos más o menos extensos: el ganador del Óscar Cuba Gooding esta vez no enarboló su frase favorita, “Muéstrame la pasta”. Le acompañan el veterano Terrence Howard y el joven y prometedor David Oyelowo y el músico y actor Lenny Krawitz
Realiza una fugaz aparición Mariah Carey pero consigue hacernos olvidar esas “perlas” de su filmografía tituladas “Atrapada por la mafia” o “Glitter; todo lo que brilla”.Pero los auténticos reyes de la función son dos actores con nombre y apellido en letras grandes.
EL PERFIL: Forest Whitaker
Forest Whitaker es uno de esos rostros muy conocidos del cine americano a los que a veces cuesta ponerle nombre. Y eso que tiene una filmografía que hace rechinar los dientes de muchos de sus compañeros.
EL PERFIL: Oprah Winfrey
Considerada la mujer más poderosa del mundo, la huella de Oprah Winfrey en el cine es notable, aunque intermitente. Suele acertar en sus elecciones, pero no siempre. Seguro que el diseñador de este look tenía que ser muy colega porque si no, no se entiende, si no hay algo lisérgico de por medio. Recomendada por Quincy Jones para el papel de la indómita Sofía “El color púrpura”, cuando no era más que una aspirante a celebridad de apenas treinta años, pese al éxito personal que la llevó a ser candidata al Oscar secundario, al poco le ofrecieron presentar su propio show de entrevistas y testimonios en la televisión americana, y ahí sigue.