Al igual que ante el Rayo Vallecano la semana pasada, el Real Madrid se apoyó en Kaká en Riazor y se impuso (1-2) en su visita al colista, el Deportivo, al que se le hizo largo el partido después de haberse adelantado en el marcador con un golazo de Riki, su hombre en mejor forma. Así, Riazor vio cómo se le escapaba el sueño de un triunfo balsámico, que habría sacado del último puesto al equipo, cuando Mourinho dio entrada a Cristiano Ronaldo.
No marcó el portugués en un campo que se le resiste, pero contagió a sus compañeros y se asoció con Kaká, que contribuyó a la remontada blanca con el gol del empate y un pase a Cristiano, en el minuto 88, que a su vez asistió a Higuaín para que el argentino completara la faena y dejara más tocado al Deportivo.