¿Y si se produjeran hoy los acontecimientos del 2 de mayo cómo serían?
Los madrileños se levantaron contra la ocupación francesa. Una sublevación que prendió la mecha para el comienzo de la Guerra de la Independencia
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Carlota Pérez Reverta nos adentra en los acontecimientos que vivieron los madrileños el 2 de mayo de 1808, cuando el pueblo de Madrid se alzó frente a los franceses. Unos hechos históricos que serían muy diferentes de haberse producido hoy en día.
24 de marzo de 1808. Fernando VII hace su entrada en Madrid, por primera vez como rey, por la Puerta de Atocha. El clamor y las celebraciones de los madrileños no tienen límites. Pocos días antes ha tenido lugar el Motín de Aranjuez: los fernandistas marchan por las calles de la localidad madrileña entre el 17 y el 19 de marzo en un levantamiento motivado por la política de Manuel de Godoy, favorito y primer ministro de Carlos IV.
Tras asaltar su palacio, encuentran al valido escondido entre alfombras. En ese momento Fernando se hace cargo de la situación. El resultado: su padre, Carlos IV, abdica en él ese mismo día. El pueblo de Madrid celebra la llegada del nuevo rey, que esperan que enderece la situación del país. Fernando se apresura en formar un nuevo Gobierno, pero las tropas francesas, al mando de Murat (general y cuñado de Napoleón), ya han ocupado la capital.
De hecho, los franceses se mueven con libertad por todo el territorio español como resultado del Tratado de Fontainebleau: las tropas napoleónicas pasarían por suelo español para invadir Portugal, aliado de Gran Bretaña. Sin embargo, el emperador ya tenía intención de invadir España. Tanto Fernando VII como Carlos IV son obligados a ir a Bayona, entre promesas, engaños y presiones, para reunirse con Napoleón. Es aquí donde se producen las abdicaciones de bayina , cuyo final es la imposición de la corona española en manos de José Bonaparte, hermano del emperador.
Mientras tanto, el sentimiento de repudia hacia los franceses no ha hecho más que aumentar en Madrid. El clima de tensión e indignación cada vez es mayor, hasta que la situación explota en la noche del domingo 1 al lunes 2 de mayo.
Tras un intenso día de enfrentamientos (desde primera hora de la mañana hasta eso de las ocho de la tarde), las tropas francesas logran aplacar el levantamiento y Joaquín Murat impone una dura represión. La misma tarde del 2 de mayo firma un decreto por el cual “todos los que han sido presos en el alboroto y con las armas en la mano, serán arcabuceados”. Especialmente conocidos son los fusilamientos que tuvieron lugar en la madrugada del día 3 en la montaña del Príncipe Pío, inmortalizados por Francisco de Goya.