Una de las circunstancias que han contribuido al desarrollo de la odontología en los últimos tiempos ha sido la mejora en las técnicas anestésicas. Sin embargo, el uso de la aguja en la mayor parte de los sistemas de anestesia dental, a pesar de ser un sistema casi indoloro, constituye un problema por la gran cantidad de pacientes que presentan fobias a la misma. “La principal diferencia entre las anestesias de una cirugía estándar y las que nosotros practicamos es que trabajamos con pacientes despiertos y esto tiene sus limitaciones”. Así lo afirma Carlos Belarra, odontólogo especialista en cirugía bucal e implantología, director de la Clínica Belarra y profesor en el Instituto IESO. De todas formas, en la actualidad, cada vez son menos las personas que acuden a las consultas de odontología con miedo y en eso ha contribuido de forma decisiva la digitalización que “nos permite, por ejemplo --apunta el doctor Carlos Belarra--, enseñar al paciente cómo va a ser el procedimiento que le vamos a hacer, sobre todo en implantes, y asimilar cuál será el resultado final. Le hacemos partícipe del procedimiento y eso genera mucha confianza”.