La miel se consume desde la prehistoria. Egipcios, griegos o romanos ya fabricaban sus propios dulces con miel y, hoy en día, se utiliza en infinidad de productos. En nuestra siguiente visita descubrimos un lugar en el que probar las mieles del éxito y donde no quedarse con la miel en los labios.
Este establecimiento lleva vendiendo miel desde 1919, en tiempo de Alfonso XIII, y, prácticamente todo lo que vende contiene miel. “Cuando se fundó, estaba dedicada a la comercialización y producción de material apícola”, nos cuenta Aurora, la propietaria.
Aquí tienen mieles de toda España, como miel de eucalipto de Galicia o miel de zarzamora de Sevilla. De hecho, podemos encontrar cerca de treinta variedades diferentes, incluso algunas tan llamativas como miel de trufa o de boletus. “Con miel se pueden hacer muchísimas combinaciones”, explica Aurora.
Cuando Aurora se hizo cargo de la tienda, únicamente tenían tres productos: miel de milflores, jalea real y polen. Y ahora podemos encontrar incluso cosméticos como champús, cremas para el cuerpo y, todavía más sorprendente, cera para pulir los muebles.