El 24 de septiembre de 1987 en Sevilla, tan solo cuarenta y ocho horas antes de que se cumpliera el plazo fijado por Paquirri para el reparto de su herencia, las partes implicadas firman el acuerdo. Atrás quedan tres años de duros enfrentamientos.
Se calculan los bienes del torero en unos mil millones de pesetas y se computa el usufructo que quería para Isabel Pantoja y la familia Rivera en propiedades.
De esta manera, el 45% de la herencia va para la tonadillera y para Kiko Rivera, cerca de 450 millones de pesetas (2,7 millones de euros), así ambos se quedan con Cantora con un 52,40% y un 47,60% respectivamente.
Los hermano Ordóñez, Fran y Cayetano, se quedan con varias fincas por un valor de 400 millones de pesetas y los Rivera aceptan bienes por valor de unos 150 millones pesetas.
Por su parte, Carmen Ordóñez, tomó la decisión de renunciar a los bienes gananciales de sus siete años de matrimonio con Paquirri en favor de sus hijos.