La Policía cierra como muerte accidental el caso de Ángel y Fernando, los niños de Carabanchel
- La investigadores mantienen que los menores se quedaron dormidos en el interior de un contenedor, donde murieron aplastados y asfixiados
- La familia cree que los primos fueron asesinados
La Policía informa que acaba de cerrar el caso de los niños de Carabanchel que fueron encontrados muertos en un vertedero. La policía concluye que ha sido una muerte accidental.
La investigación policial mantiene que los niños se quedaron dormidos en el interior de un contenedor, donde murieron aplastados y asfixiados. La familia cree que esto no es así y pretende demostrar que fueron asesinados.
"Ángel y Fernando no han muerto accidentalmente", asegura la madre de uno de los menores
Unos audios, a los que ha tenido acceso el programa JUNTOS, de unos testigos protegidos aseguran que los menores fueron asesinados: “A mí me comentaron que una de esas niñas lesbianas, dijo: no sé cómo lo van a reconocer porque le hemos mutilado, le hemos partido hasta los deditos. Estaba la casa llena de sangre y pintaron la casa”, asegura uno de los testigos.
Los audios de los testigos aseguran que los niños fueron asesinados y serían una de las pruebas que darían la razón a la familia de los menores, que sigue sin admitir que su muerte fuera accidental, como concluyó la investigación policial.
Ángel, el menor desaparecido, descansa en paz en el cementerio de Carabanchel
"No creemos en esa versión desde el minuto uno, es decir, nosotros cuando estuvimos con la Policía Nacional nos dimos cuenta de que este informe lo iban a dar más tarde o más temprano, motivo por el cual nosotros nos centramos en contratar los servicios jurídicos de varios abogados, de varios forenses y de un investigador privado porque entendíamos que el principio de la investigación fue fatal", asegura Sinaí Jiménez, presidente de la Sociedad Gitana Española.
Ángel y Amparo, los padres de Ángel, piensan que fue asesinado y no se creen que fue una muerte accidental. A la agonía de haber perdido a su hijo se une pensar que aún no se le ha hecho justicia: "Me siento muy mal", dice Ángel, el padre, "el que lo ha hecho que lo pague, no pedimos más".
