En el restaurante Ponteareas no se cortaron ni un pelo cuando decidieron no cambiar la merluza de Yolanda González, del restaurante El Círculo que contenía un pelo en el rebozado. Una acción, cometida quizás por la presión de las cámaras, que abrió un debate para el resto de concursantes sobre qué habrían hecho ellos en su lugar.
Pese a un menú y frescura excelente, consideraron que ese tipo de fallos no pueden permitirse cuando juegas en "primera división". Pelillos a la mar.
Otro detalle que decepcionó a los comensales fue el de una copa rota. Sin embargo, por parte de Ponteareas, consideraron que no fueron fallos suyos y dudaron de la manipulación de la copa y del pelo. Una actitud negativa que, pese a todo, se vio compensada por un excelente servicio y ambiente durante toda la velada.