Adentrarse en el centro histórico de Fresno de Torote es como realizar un viaje en el tiempo. Sus vecinos se han trasladado a vivir a las urbanizaciones cercanas, pero las pequeñas casas antiguas se conservan prácticamente intactas.
El Marqué de Santillana fundó la localidad en el siglo XV, y para ello congregó a campesinos procedentes de toda España para trabajar en el campo.
El pueblo llegó a tener vecinos ilustres, como es el caso del escritor Francisco de Quevedo, uno de los visitantes habituales de la localidad.
Ana Isabel López, la alcaldesa de Fresno de Torote, reivindica su pueblo: "somos uno de los grandes olvidados de la Comunidad de Madrid". A pesar de que cuentan con los servicios esenciales, "ha habido mucha dejación de ciertas gestiones administrativas, como por ejemplo el mercado que está prácticamente abandanado", dice la alcaldesa.
Pero el pueblo es muy atractivo para los visitantes curiosos que se acercan al pueblo los fines de semana atraidos por ese casco histórico despoblado, pero también por su entorno naturalo, apunta la alcaldesa.
Como está pasando en otras localidades pequeñas, la población está creciendo, concretamente en Serracines, la pedanía de Fresno de Torote, donde se levantan las urbanizaciones de la zona.
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