En el siglo VI, en San Apolinar el Nuevo de Rávena, se representa por primera vez a los Reyes Magos con sus tres nombres tradicionales: Melchor, Gaspar y Baltasar
Los tres Reyes Magos pudieron ser cuatro si Artabán hubiera llegado a tiempo a la adoración
La figura de los tres Reyes Magos sigue siendo enigmática para los historiadores. El Evangelio de San Mateo cita a estas figuras sin precisar que fuesen reyes, tampoco magos, ni siquiera que fueran tres. Fue posteriormente, en el siglo III cuando se determinó que eran monarcas y se estableció su procedencia a partir de los reglaos que portaban y de las iconografías que los presentaban, explica en Madrid Directo la historiadora Laura Lara.
La primera vez que se les plasma gráficamente es en las catacumbas de Priscila, en Roma, en el siglo II. Cuatro siglos después, en San Apolinar el Nuevo de Rávena, ya vemos la representación de los Reyes Magos con sus tres nombres: Melchor, Gaspar y Baltasar.
La iconografía de su procedencia corresponde a los tres continentes conocidos en aquellos momentos: Asia, África y Europa. Es el símbolo de la globalización en el siglo I de nuestra era, explica la historiadora.
Los tres Reyes Magos pudieron ser cuatro si Artabán hubiera llegado a tiempo a la adoración. "Es un rey mago adicional vinculado a un relato que dice que nunca llegó a la adoración debido a un eclipse que sufrió en el camino", aclara Lara.
Según algunos relatos, la visita de los Reyes Magos pudo no haberse producido justo en el nacimiento de Jesús, sino cuando ya daba sus primeros pasos. El mismísimo rey Herodes se habría entrevistado con los Reyes Magos para obtener información sobre ese mesías al que iban a adorar.
Con más o menos respaldo documental, lo extraordinario de la celebración de los Reyes Magos es el tiempo que ha perdurado. Se trata además de una tradición casi exclusiva de España.