Maite Pagazaurtundúa: "En las redes sociales se generan comunidades de odio"
Redacción
El termómetro del odio en Europa marca temperaturas muy altas a juzgar por los datos que ha recopilado Maite Pagazaurtundúa en ‘Cartografía del odio’, un informe que recoge las conclusiones de dos años de investigación en el territorio comunitario.
Una de las primeras conclusiones del informe es que el odio tiene su origen, cada vez más, en la red: “Hoy en día no es difícil inducir a tener prejuicios o dogmatismo, por ejemplo en redes sociales, donde se generan comunidades de odio, pero lo que parece inocuo en internet tiene efectos en el mundo real”, asegura Pagazaurtundúa.
“Si te acostumbras a insultar o acosar en un lugar anónimo, estás más desinhibido para hacerlo en la vida real”, continúa diciendo.
El grupo de trabajo de la Unión Europea detectó “una cierta naturalización de discursos de hostilidad, prejuicio e intolerancia”, dice la eurodiputada. “Sabíamos que eso terminaría generando más fenómenos de violencia real contra las personas, y por eso nos propusimos estudiarlo”.
Para elaborar este informe se han estudiado 32.000 casos, 6.000 reportados por organizaciones civiles y la conclusión es que un 25% de ellos son ataques físicos, explica la eurodiputada.
El principal problema, a juicio de Pagazaurtundúa es que se trata de un fenómeno poco denunciado “y si no se denuncia, no aparece”, asegura. Es el caso de Polonia o Hungría, donde los casos de denuncias por delitos de odio son más bajos que en otros países europeos pero tampoco hay “gafas de ver”, dice Pagazaurtundúa.
“En España, por ejemplo, hay un fuerte asociacionismo en torno a las personas con discapacidad y se denuncian más ataques a personas con discapacidad que en otros países”, explica la eurodiputada.
En clave local, el informe alerta sobre el crecimiento de la “hispanofobia” en España, especialmente en Cataluña y el País Vasco. “Hemos pasado décadas de intolerancia política, de terrorismos cruzados que todavía ocurren en el España, donde permanecen elementos latentes”, dice Pagazaurtundúa.
España sufre todavía el “posterrorismo”, continúa diciendo. “Los herederos políticos de ETA condenaron el terrorismo a futuro pero sin deslegitimar el pasado y los resultados no son los los más satisfactorios”.