El Día de Muertos es una tradición mexicana que se celebra desde finales de octubre y el 1 y 2 de noviembre y el país se llena de altares, catrinas y ofrendas en las que los muertos son bienvenidos y venerados.
La familia de Edith es de México y en su casa se celebran estos días con un gran altar. "Ahora estamos colocando las velas, que significa que van a darle luz al camino de nuestros seres queridos", nos explica.
Otro de los elementos que se colocan en la ofrenda es la flor de Cempasúchil, la cual tiene un color y aroma muy representativo. "Cuando tú vas a México en esta temporada, México huele a la flor de Cempasúchil".
Asimismo, el pan de muerto representa, por un lado, la eucaristía cristiana y, por otro lado, el cuerpo y los huesos humanos a los que se espolvorea azúcar. "Si tú lo miras es un bizcochito que tiene como protuberancia. Esto significa que es el esqueleto de los ancestros".
En el altar también se colocan fotografías de los difuntos, el copal, que una resina aromática que purifica el alma y les guía, agua, que simboliza la regeneración de la vida, o sal, un elemento de purificación que sirve para que el alma no se corrompa en su viaje.
Jordi cuenta con una tienda en pleno centro de Madrid donde podemos comprar todo lo necesario para nuestro altar mexicano. "Tenemos muchas cosas, muchos elementos que van en nuestro altar de muertos que deben estar siempre presentes en uno de ellos".
Las calaveritas de azúcar también son esenciales para nuestro altar, ya que recuerdan que todos somos mortales. A su vez, el papel picado "nos indica el momento en que entra o sale el alma de nuestro difunto. Cuando se mueve nos lo está haciendo notar".
¿Pero qué se come el Día de Muertos? Es tradición preparar los platos que les gustaban a nuestros difuntos. Ya solo nos queda disfrutar de este gran día.