Hasta la Zarzuela habla de la prende más castiza porque, sin mantón, no hay chulapa y, para descubrirlo, nos vamos a una tienda con más de sesenta años de historia, Borca, donde cuentan con alrededor de 1.500.
"El mantón de manila es el complemento estrella de San Isidro". En Borca tienen una gran variedad a unos precios que van desde los 50 euros hasta los 3.000, de todos los tipos, colores y tamaños, incluso para el coleccionismo.
El tamaño perfecto para lucirlo durante las celebraciones es el mediano, que habría que colocarlo primero en triángulo y ponérselo en la espalda, sin tocar los hombros, y agarrándolos con los brazos. Según nos cuentan, una forma que se suele emplear para que no se caiga es rodear sus extremos en las muñecas.
En cuanto a los colores, "nosotros recomendamos que sean un poquito más neutros para que combinen con todo. Un blanco siempre y un beige también". Para su lavado: una tintorería especializada en seda para no dañarlo.
Después de utilizarlo, en Borca siempre recomiendan guardarlo en una bolsa de tela o de plástico tal cual, como caiga, y luego sacarlo mínimo una vez al año para que se estire y, si los flecos están enredados, peinarlos con la mano con mucho cuidado.
El traje de las chulapas es mucho más llamativo que el de los chulapos, pero consta de menos partes. El pañuelo blanco, que se debe llevar en la cabeza y adornado de claveles; el vestido chiné, que generalmente suele ser blanco mezclado con algún color; el mantón de manila, por supuesto, y los zapatos.