A pesar de su aparente sencillez no es tarea fácil bailar un chotis. En su comienzo, este baile era uno de los números fijos en las zarzuelas, muy populares en la época.
Los libretos del género chico bebían de lo que pasaba en las calles: chulapos y chulapas en un Madrid muy popular y castizo. Por eso, nos habla de la historia y de la idiosincrasia de la capital.
En la escuela de Raquel Hinojosa, considerada la primera academia de este baile tan madrileño, acuden todos aquellos que quieren estar preparados para acudir a la Pradera el 15 de mayo, o disfrutar bailando un buen chotis en cualquier rincón de Madrid.
En el caso de los caballeros, lo más importante es la gallarda figura del chulapo, “Los pies tienen que estar quietecitos y deslizándose”. En su simplicidad radica su dificultad: es necesario poseer una gran disciplina.
Sus clases están dirigidas tanto a principiantes como a profesionales, para que todos puedan aprender, compartir y disfrutar de este baile tradicional.