Rocío y su marido viven una auténtica pesadilla. En 2021 alquiló su chalet de Pozuelo de Alarcón a una señora que, tras comunicarle que no le renovarían el contrato porque querían irse a vivir a la casa, dejó de pagar la mensualidad y anunció que no se iba a marchar.
En el año 2014, Rocío compró un chalet adosado en la Avenida de Europa de Pozuelo de Alarcón. En 2018, decidió alquilar su vivienda porque se iba a ir a Estados Unidos a impartir clases de español. Primero tuvo a una pareja y luego a estudiantes hasta que en 2021 alquiló su casa a una mujer de unos 60 años y su nieta.
En 2022, Rocío regresó a Madrid para casarse con su actual marido estadounidense. Estaba embarazada y decidió notificar a su vecina que no le renovaría el contrato, que finalizaba el 31 de julio, ya que querían irse a hacer vida a su casa de Pozuelo. Ya el pasado mes de junio su inquilina dejó de pagar el alquiler y les anunció que no se iba a ir de la casa.
"La familia de mi marido, que es estadounidense, no puede entender que puedan quitar tu propia propiedad privada tantos meses y que las autoridades no puedan hacer nada y que estén totalmente desprotegido ante la ley", nos cuenta Rocío.
Pero eso no lo es todo, su ahora inquiokupa ha solicitado la vulnerabilidad, motivo por el cual suspenden los desahucios. Sin embargo y según nos cuenta Rocío, esta señora ingresa cada trimestre entre 15.000 y 18.000 euros, en el momento de pactar el alquiler, 1.650 euros mensuales, nunca negoció el precio, se mueve en un coche mejor que el suyo, tiene servicio y lleva a su nieta a un colegio privado en Aravaca.
La deuda de su inquilina asciende a los 15.000 euros. "No paga porque no quiere. Jamás ha intentado negociar una reducción del alquiler, nada, no quiere. Ella puede pagar y no quiere y la ley lo consiente", asegura muy indignada.