Estamos acostumbrados a circular por la superficie de la M-30, pero lo que no sabemos es que justo por debajo hay una galería de emergencias subterránea de unos 5 kilómetros que va desde Ventas hasta el nudo de Santa María de la Cabeza.
El uso que tiene es el acceso al personal de mantenimiento, para vehículos de emergencias y evacuación de personas y, como anécdota, también se han grabado películas y series. Con ello, garantizan la máxima seguridad para los usuarios y trabajadores.
Cuenta con un ventilador para renovar el aire. Saca el aire sucio y lo pasa por una serie de filtros para quitar las partículas contaminantes de la combustión de los coches y tirarlo al exterior en unas condiciones de calidad óptima.
Los importantes niveles de tráfico hacen necesario extremar las medidas de seguridad tanto en situación de explotación en servicio como en caso de incidentes. En el caso de explotación de servicio debe garantizarse una situación de confort de condiciones atmosféricas para los conductores.
En el túnel existen tanto para emergencias como para la evacuación salidas de gran visibilidad y fácilmente identificables. El contorno de las puertas está iluminado internamente y cuenta con la señalización fotoluminiscente contemplada en normativa. La separación es de unos 200 metros.
Si ocurriese cualquier cosa, además de salida de emergencia para personas, también está la de vehículos. "Lo que haríamos sería cortar el otro tubo y en la otra calzada vendrían lo servicios de emergencia, nuestros usuarios o lo que fuera".
Asimismo, todo está vigilado desde el centro de control de los túneles de Madrid Calle 30, en donde cuentan con 1.600 cámaras. Toda seguridad necesaria para los cerca de medio millón de coches diarios que cruzan estos túneles.