Un equipo de Madrid Directo se cuela en las obras de la Puerta de Alcalá y toma la medida a su dimensión real. Victoria y Blanca, dos arquitectas del Ayuntamiento de Madrid, cuidan hasta los detalles más pequeños para devolverle el esplendor de la época de Carlos III.
'Y ahí está viendo pasar el tiempo', generación tras generación, aunque ahora está cubierta con una lona hiperrealista, tras ella trabajan en su restauración Victoria y Blanca. El monumento va a ser restaurado por completo, empezando por el escudo, situado en la parte superior, pasando por las virtudes cardinales, es decir, los conjuntos escultóricos, y toda la fachada.
La Puerta de Alcalá se construyó en 1778 por el rey Carlos III para dar la bienvenida a todo el que llegaba desde Aragón y Cataluña a la ciudad de Madrid. La altura total de la Puerta son unos 20 metros, lo que equivale a unas siete plantas de un edificio de viviendas.
La piedra de las virtudes cardinales tiene grietas, manchas y huellas de otras restauraciones, por lo que Victoria y Blanca están llevando a cabo un minucioso trabajo. "Antes de ponernos a tocar nada, hay que asegurarnos de que todas las piezas están bien sujetas y apeadas".
"Lo que no vamos a restituir, aunque sí restaurar, son las huellas de impactos de proyectiles de distintas contiendas que han tenido lugar en la Puerta". Según nos dicen sus arquitectas, todavía faltan algunos meses para poder disfrutarla en todo su esplendor.