En un mundo donde la inmediatez y lo efímero marcan nuestro estilo de vida, nuestra alimentación no es una excepción: comemos rápido, con menos atención y, en muchos casos, olvidamos los alimentos frescos que nos nutren de forma equilibrada.
En Madrid Mejora Tu Vida, abordamos este tema con María Kindelán, coach nutricional, quien nos invita a reflexionar sobre la alimentación consciente, una práctica que va más allá de comer: se trata de prestar atención plena a lo que ingerimos y cómo lo hacemos, involucrando cuerpo y mente en el acto de alimentarnos.
Comer con atención: beneficios para cuerpo y mente
“Hay que prestar más atención”, afirma María, señalando que comer conscientemente no solo mejora la digestión, sino que también calma nuestro sistema nervioso. En una era donde comemos rápido y con ansiedad, dedicar unos minutos a sentir lo que comemos puede transformar nuestra relación con la comida.
La alimentación consciente nos ayuda a distinguir entre hambre física y hambre emocional, esa que nos lleva a comer por aburrimiento, soledad, estrés o simplemente porque hay comida disponible. Practicarla no requiere grandes cambios, solo disposición para conectar con nuestros sentidos y nuestro cuerpo.
¿Cómo empezar a practicar la alimentación consciente?
Para comenzar la alimentación consciente, debemos tener en mente tres claves sencillas para incorporar esta práctica:
-
Involucrar los sentidos: Observa los colores, percibe los olores, siente las texturas y saborea cada bocado. Deja que tus cinco sentidos participen plenamente en el acto de comer.
-
Comer más despacio: Disminuir la velocidad al comer te ayudará a concentrarte y a conectar mejor con tu cuerpo, favoreciendo una mayor sensación de saciedad.
-
Escuchar las señales del cuerpo: Aprende a identificar el hambre real, la saciedad y el placer al comer. Esto te permitirá tomar decisiones más conscientes sobre qué, cuándo y cuánto comer, evitando comer por razones emocionales o externas.