Carlos Berrio es un niño que tuvo una leucemia que le atacó a la columna vertebral dejándole en silla de ruedas. El deporte ha sido siempre su mejor terapia.
Carlos forma parte de la Escuela BSR Fundación ONCE: "Quería jugar al baloncesto porque se hace en equipo y es superpacífico, como no el fútbol. Te lo pasas genial. Me gustaría, cuando termine los estudios, jugar al baloncesto en silla de ruedas".
Berrio llegó a la Escuela BSR Fundación ONCE en 2019 a probar y desde entonces es "un forofo de los entrenamientos", reconoce uno de sus entrenadores. Una escuela que adapta el baloncesto a las características de cada niño.