Esta es la historia de superación de Ricardo Serravalle, cuyos problemas de salud no le han impedido correr un Ironman. Ultrafondista, conferencista y entrenador.
Ricardo sufrió a los 32 años, en 2009, tres ictus que cambiaron su vida, pero su amor por el deporte le hizo superar todas las dificultades que se encontró en el camino. Es un ejemplo de superación, de lucha que demuestra cada día que no existen los límites.
"Empecé a hacer deportes con nueve años, sufría asma y mi mamá me apuntó a natación, hasta los once años estuve nadando. Me pasé al fútbol, era portero, pero como no crecía, me pasé a las artes marciales hasta los 32 años, que empecé a hacer triatlón".
Implante cardiaco
Pero en 2009 un problema de salud le cambia la vida: "Estaba entrenando para un ironman cuando sufrí tres accidentes cerebrovascular isquémico (ICTUS) debido a un problema congénito en mi corazón y tuve que someterme a una delicada cirurgía para implantar una prótesis cardíaca".
El implante de la prótesis fue un éxito, se recuperó con la ayuda de su familia, de su mujer y físicamente con la natación. Poco a poco retomaba su rumbo deportivo hasta que un accidente le dejó con secuelas irreversibles en la pierna izquierda.
A pesar de tener que convivir con dolores y limitaciones ha logrado recuperarse y fue en busca de sus sueños. "Si puedes traer a tu vida los valores del deporte como trabajo en equipo, aprender a ganar, a perder, a superar tus propias limitaciones, vas a alcanzar la plenitud como ser humano", reconoce Ricardo Serravalle.