Los kunas o gulas son un pueblo amerindio localizado en Panamá y Colombia y que tienen sus propio territorio delimitado con fronteras.
Para acceder a esta cordillera kuna de 2.300 kilómetros cuadrados de superficie atravesamos un puesto de control policial donde hay que entregar el pasaporte y hacer un pago de 20 dólares.
El pueblo está compuesto de unos 60.000 habitantes y su artesanía típica son las 'molas': telas de colores vivos con dibujos que representan sus creencias.
Cogemos ahora un barco en el puerto kuna que nos cuesta unos 2 euros para descubrir las islas que son propiedad de esta etnia y donde viven y trabajan. Auténticos paraísos en pleno mar Caribe con cabañas de madera.
Lo que más nos sorprende al llegar es la curiosa bandera que hondea en el muelle de colores rojo, amarillo y rojo, tal cual a nuestra bandera española, aunque con una esvástica al revés en el centro, símbolo de la 'revolución kuna', y que representa los cuatro puntos cardinales.
Y, ¿cómo es la vida en una de estas islas?
No disponen de agua corriente ni caliente, y tan solo tienen electricidad de seis a diez de la noche.
Las islas, se heredan a nivel familiar y ningún extranjero puede comprar ninguna de ellas, salvo que se case con un kuna y el pueblo lo apruebe.
Además, son una sociedad matriarcal, es decir, que las mujeres son las que toman las decisiones.