Madrileños por el mundo aterriza en el mundo de Harry Potter ya que son muchos los lugares de Edimburgo los que inspiraron a J. K. Rowling para escribir las novelas fantásticas del joven mago.
Uno de estos sitios de la ciudad es la calle Victoria Street, que se encuentra muy cerca de las cafeterías que frecuentaba la escritora y que la sirvió de inspiración para crear el Callejón Diagon, aquella calle comercial oculta a la que iban los estudiantes de magia a comprar artículos como libros o varitas.
Aquí hay un comercio muy especial, una tienda de bromas gracias a la cual J. K. Rowling dio forma a los gemelos Weasley. En la fachada de esta tienda que cerró lamentablemente por la crisis de la pandemia cuelgan unas grandes gafas con nariz y bigote.
Y quién iba a decir que en un lugar donde se venden peines, la creadora de las novelas mágicas iba a imaginar cómo sería la famosa tienda de varitas donde Harry Potter descubre la unión que tiene con su enemigo Lord Voldemort. Ahora, se ha convertido en una tienda-museo de las saga y una visita obligada para todos los coleccionistas.
El cementerio de Greyfriars es nuestra siguiente parada y debe su nombre al convento franciscano que estuvo en este lugar hasta 1559.
Aquí, hemos descubierto las lápidas marcadas con una calavera, que indica que esa persona murió por la peste, y también muchas tumbas enrejadas para que no robaran los cuerpos.
Pero este cementerio pertenece a la ruta de Harry Potter porque el nombre de mucho de los personajes de J.K Rowling salieron de muchas de las lápidas de este lugar.
¿Y Hogwarts?
La idea del colegio de magia más famoso de todos los tiempo también se basó en una escuela que está muy próxima a este cementerio y que también tiene cuatro casas que compiten entre ellas mediante una puntación.