Uno de los lugares más impresionantes de Malasia son las Cuevas de Batu, a tan solo 40 minutos de Kuala Lumpur, un templo instaurado en una colina de piedra caliza compuesta por diferentes cuevas.
Al llegar te sorprende encontrar sus coloridas escaleras, compuestas por 272 peldaños, y una gran estatua de oro de más de 40 metros al dios de la victoria y de la guerra.
La entrada al templo es completamente gratuita y está lleno de monos que campan a sus anchas y que, nos avisan, tengamos cuidado porque pueden quitarnos rápidamente objetos personales que llevemos a la vista como gafas de sol, cámaras o móviles.
Sin ninguna duda los monos se han convertido en una de las atracciones para los turistas que visitan esta colina ya que es curioso ver cómo cogen objetos como botellas, que habrán quitado a alguna persona, y las intentan abrir para beber su contenido.
Una vez que llegamos a lo alto del templo entramos en una de sus cuevas y podemos apreciar lo impresionante que es su interior, un entorno que se formó hace más de 400 millones de años, aunque se empezó a usar como lugar de culto hace un siglo.
Aunque es muy visitado por turistas, es el templo más frecuentado por devotos fuera de la India que acuden aquí a rezar.