El negocio del turismo del lince ibérico traspasa fronteras
Se paga hasta 180 euros por intentar ver uno
Foto: REDACCIÓN |Vídeo: Telemadrid
REDACCIÓN
Es el felino más amenazado, al borde de la extinción. De ahí que tantas personas busquen una instantánea suya. Y no solo de aquí, sino de todo el mundo. El turismo del lince mueve mucho dinero. 'Probar suerte' cuesta 180 euros. Y solo se garantiza un 60% de posibilidades de verlo en acción.
Aún así, y a pesar del alto precio que hay que pagar para verlo, cientos de turistas viajan cada año hasta la finca Peñalajo, en Ciudad Real, 'armados' con una buena cámara de fotos, con la esperanza de regresar a su casa con la fotografía de sus sueños.
Hay que madrugar, y mucho, pero la experiencia y el incentivo de ver de cerca al lince, es más que suficiente.
"Hasta aquí llegan turistas de todas partes del mundo"
La finca Peñalajo cuenta con 2.260 hectáreas y tiene cerca de 11 linces en libertad. Cada día observan sus movimientos y siguen sus huellas.
Carlos, gerente de la finca, explica que firmaron un convenio con WWF para probar un proyecto de recuperación del lince. "En el año 2016 soltamos una pareja de linces en la zona, un macho y una hembra y en menos de un año, tuvieron descendencia"
La abundancia de conejos y perdices, el principal alimento de este felino, hizo de ese lugar un 'paraíso' para ellos. Es lo que ha contribuido que el número de linces aumente en Sierra Morena.
Sin embargo, a pesar del reclamo, este año el negocio se ha resentido por culpa de la crisis generada por la pandemia del coronavirus. "Se han anulado muchas reservas desde el extranjero", nos confiesa Carlos. Aunque, por supuesto, confían en que pronto el negocio se recupere y su finca vuelva a ser objetivo de los amantes del ecoturismo.