Los asistentes del hogar se están convirtiendo en una revolución. Estos robots que nos ayudan con nuestras tareas, encendiendo luces, programando alarmas y buscando música, entre otras muchas funciones, pueden terminar siendo una tortura.
Nuestro particular robot tiene activado el modo madre, que no deja de pedirte que limpies y hagas algo con tu vida, hasta tal punto que acabas por discutir con él.
Menos mal que en la tienda nos pueden cambiar el modo madre por el modo colega irresponsable. Así mucho mejor para seguir siendo un 'nini' a los cuarenta.