Las restricciones por el coronavirus y, especialmente, Madrid siguen en el punto de mira. La presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, pide respeto a sus homólogos, mientras desde algunas autonomías continúan las críticas por su desmarque. Una polémica en la que no entra Moncloa, que pone en valor el Estado de alarma y la toma de decisiones de las autonomías.
La presidenta madrileña se ha negado a entrar en confrontación con otros presidentes autonómicos por considerar que "esto es insensato" y "lleva todavía más a la desesperanza" en una pandemia que está durando "más de la cuenta" y los mensajes deben ser "de apoyo, de trabajo conjunto y de respeto".
Ayuso niega controversia alguna con las comunidades autónomas y pide respeto para la estrategia que cada una elija ante la falta de un plan nacional. Ha opinado que hay que darse cuenta de que "a falta de una estrategia por parte del Gobierno de España cada comunidad autónoma hace lo que buenamente puede con esta situación".
Medidas y restricciones
Mientras otras comunidades autónomas como Galicia, gobernada por el PP, piden un adelanto del toque de queda, en Madrid la presidenta regional se comprometió este lunes con los hosteleros a retrasarlo "en cuanto se pueda" de las diez a las doce de la noche.
El presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo dijo que "Madrid ha optado por una decisión por la que yo no me sentiría responsable si la tuviese que aplicar en Galicia y, por tanto, he optado por otra". Ayuso ha dicho que “no ha habido enfrentamiento, respeto sus declaraciones y el trabajo de todas las comunidades autónomas”.
Page y la sexta provincia
También ha habido críticas de algunos presidentes como la del presidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page a las que se han sumado ahora las del cántabro Revilla. Page dijo que dijo que "tampoco sirve de mucho" que algunas comunidades se esfuercen "mucho con medidas restrictivas", mientras en otras regiones "presumen de ser menos restrictivos".
Se quejó, además, de que en Castilla-La Mancha se da el "efecto de la sexta provincia", ya que se han mudado 100.000 personas a la región "en una especie de fuga sanitaria, de emigración sanitaria".
La presidenta madrileña se ha mostrado sorprendida por estas afirmaciones porque "ya es la tercera vez a lo largo de esta crisis sanitaria que hace declaraciones del mismo tipo". "No creo que los 100.000 madrileños que viven en Castilla-La Mancha sean apestados, son españoles que viven allí y el movimiento entre provincias es lo normal", ha sostenido Díaz Ayuso.
Almeida reprende a Page
El portavoz del PP y alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, le ha dicho al presidente de Castilla La Mancha que "debería centrarse en los problemas" de su Comunidad y ha añadido que no ve "justas" sus palabras sobre la pandemia en Madrid.
Almeida ha manifestado que "hay que tener especial cuidado para no enfrentar territorios", y ha asegurado que Madrid "no es el causante de la situación en Castilla-La Mancha. Le diría que desde las instituciones seamos prudentes, que no nos aboquemos al enfrentamiento".
"No hay un solo presidente de Comunidad que tome una medida pensando que perjudica la salud de los ciudadanos –ha señalado- las medidas van dirigidas a minimizar los contagios. Díaz Ayuso no va a la contra, sino a favor de los ciudadanos".
Desde el PSOE, aunque defienden la autonomía de las comunidades, cuestionan a Ayuso. La portavoz del PSOE en el Congreso, Adriana Lastra, ha criticado la diferencia dentro del PP en las decisiones de distintos gobiernos autonómicos.
"El estado de alarma en vigor favorece que las comunidades puedan adoptar estas medidas, algunas incluso más contundentes con cierres de sectores. Tendrá que ser Ayuso la que tenga que explicar por qué es más laxa que otras comunidades con una incidencia más alta", ha añadido.