El expresidente del Gobierno José María Aznar ha cuestionado este jueves la política de pedir el reconocimiento de un Estado palestino que “no existe” y que solo sirve para avanzar los intereses de otros, en concreto de Irán. “A los que defienden la creación de un Estado palestino, ¿a qué Estado se refieren? No existe ningún Estado; y si lo hacemos estamos trabajando por los intereses de otros”, ha asegurado en su intervención de apertura de un foro convocado por la Fundación FAES bajo el título 'Irán, actor internacional, y su relación con Oriente Medio'.
El expresidente ha planteado que la “operación” de Israel en Gaza “debe ser terminada por el bien de todos” puesto que, si gana Hamás, gana en realidad Irán, lo que “de verdad incendiaría Oriente Medio”.
Aznar ha comenzado su intervención expresando sus condolencias por el ataque sufrido en Gaza por un convoy de la ONG World Central Kitchen, del chef español José Andrés, que causó la muerte de siete de sus colaboradores, y ha subrayado su deseo de que “la investigación prometida llegue a buen puerto con la mayor rapidez posible”.
A continuación, ha subrayado que no se puede olvidar que “este conflicto surge por un ataque terrorista” y que lo primero y fundamental es la liberación de los rehenes que mantiene secuestrados Hamás ya que “no se puede negociar con alguien que mantiene a decenas de personas secuestradas”.
Una vez liberados los rehenes, el siguiente paso es establecer una situación de seguridad y convivencia, pero no es posible “empezar por el final” reconociendo a un Estado que no existe, ha argumentado.
La importancia de lo que está ocurriendo entre Israel y Gaza se debe a que para Hamás los palestinos son uno de los instrumentos de los que se vale Irán para lograr su objetivo de consolidar su predominio en la región y convertirse en una potencia internacional al lado de sus aliados Rusia y China.
Como no puede ir a la confrontación abierta, Irán se sirve de ‘proxys’ o instrumentos como Líbano, Hezbolá, Siria o Gaza como elementos de presión para someter a Israel y Estados Unidos a un “desgaste continuo que sea difícilmente soportable y no permita una solución rápida”.
“Si Israel aceptase los cantos de sirena y aceptara abrir un diálogo con Hamás, o si no terminase la operación en Gaza, ¿quién ganaría, quién mandaría en Oriente Medio?”, se ha preguntado.