Las pérdidas totales del gran consumo derivadas de hurtos comerciales y errores administrativos alcanzaron en 2017 los 1.799 millones de euros, lo que representa el 0,81% de sus ventas, según se desprende del estudio 'La pérdida en la gran distribución comercial 2018", elaborado por Aecoc en colaboración con EY. Alcohol, frutos secos, chocolatinas, charcutería y conservas son los productos más robados por los españoles en los supermercados.
En concreto, de estos 1.799 millones de euros de pérdida, el 58% corresponde a hurtos externos (aquellos realizados por personas ajenas a la empresa), mientras que el 20% se atribuye a hurtos internos (los realizados por parte de empleados directos de la propia organización o personas relacionadas laboralmente con la empresa).
Respecto a los productos de alimentación más hurtados, las bebidas alcohólicas, los embutidos, los snacks y las conservas encabezan el ranking.
En concreto, el 93% de las empresas consultadas menciona las bebidas alcohólicas como productos que sufren robos dentro de su organización; el 80%, la charcutería; mientras que snacks y conservas está presente en las respuestas del 40% de las empresas.
Dentro de la categoría de electrónica, los productos más sustraídos son los accesorios (93% de las respuestas), seguidos de teléfonos y tablets (50%), mientras que en el sector textil, la ropa de adulto lidera la clasificación con el 81%, seguida por accesorios (71%) y la ropa de bebé y para niños (36%).
Las empresas de ferretería han reportado sufrir sobre todo robos de sus herramientas (100%), así como de pilas y consumibles (67%) y productos para el hogar como bombillas (40%). Por último, dentro de la categoría de cosmética, el maquillaje encabeza la lista (67%), seguido de perfumería y cremas, ambas con el 58%.
El informe subraya que se trata principalmente de productos atractivos para el hurto, debido a sus características físicas, su elevado valor monetario o la facilidad con la que puedan ser revendidos en mercados paralelos. Los productos que son la última novedad y aquellos de uso cotidiano por los que no se está dispuesto a pagar sufren una mayor probabilidad de ser hurtados.