Las residencias madrileñas no se libran de los brotes, pero, al menos, su número no aumenta, sino que desciende. En una semana se han reducido de 15 a 11.
El virus se cebó con los centros residenciasles y ahora extreman las precauciones. Mayla de Miguel es la directora de la residencia Domusvi de Tres Cantos, un centro privado con 99 plazas. La Comunidad de Madrid les marca los protocolos de seguridad. La Covid trajo un cambio de rutinas, distancias, medidas de higiene y ante esta segunda ola de la pandemia, todos coinciden: hay una situación de calma tensa.
Todas las semanas, se reúnen los profesionales de las residencias con miembros de la Consejería de Políticas Sociales para analizar la situación. “Nos están suministrando tests de antígenos para poder realizar cribados y protocolos periódicos a residentes y trabajadores”, afirma Jesús Cubero, portavoz de AESTE, la patronal de residencias privadas.
De la tragedia vivida durante la primera ola extraen un dato positivo: el alto número de contagios en algunos centros ha propiciado también altos niveles de inmunidad entres sus residentes.
El consejero de Políticas sociales, Familias, Igualdad y Natalidad, Alberto Reyero, asegura que el 61% de los residentes y el 30% de los trabajadores son inmunes.
Hay residencias con casi la totalidad de inmunidad. Otras apenas tienen. Estos datos facilitan la toma de decisiones en lo que a medidas de seguridad se refiere.