En la frontera de la Junquera la Policía Nacional ha controlado la entrada de ciudadanos galos en el puesto fronterizo con Francia, ya que desde este martes España exige a quien cruce esa frontera por carretera una PCR negativa de las últimas 72 horas.
Unos controles que también se han producido en la frontera entre Irún y Hendaya donde han instalado la vigilancia la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía. Son controles aleatorios en el primer día de la entrada en vigor de la exigencia de presentar una PCR negativa para entrar a España desde Francia.
Fuera de la norma
Quedan excluidos de la obligación de presentar esta prueba los menores de seis años, los camioneros en el ejercicio de su actividad profesional, los trabajadores transfronterizos y los residentes en zonas fronterizas, en un radio de 30 kilómetros alrededor de su lugar de residencia.
A primera hora de la mañana de este martes, agentes de la Guardia Civil se han instalado en el puente de Santiago para controlar a los franceses que cruzaban a España, aunque los empadronados a menos de 30 kilómetros de la frontera están eximidos de presentar pruebas de Covid para pasar.
Controles aleatorios
El control se ha prolongado durante unos minutos y después ha sido desmontado, aunque pasado el mediodía ha sido el Cuerpo Nacional de Policía el que ha instalado otro dispositivo similar en el puente.
En el paso fronterizo de la AP-8, la vía de entrada por la que viajan mayoritariamente los franceses que viven a más de 30 kilómetros de la frontera -los que sí deberían mostrar un resultado negativo- no existía pasado este mediodía ningún control.
La presencia policial en los pasos fronterizos de Irún ha sido esporádica, a diferencia de los dispositivos que la policía gala tiene montados desde hace semanas, con carpas en las que controlan a todos los ciudadanos que entran en su país en coche.
Con la excepción del paso de la autopista, por el que circulan los viajeros de largo recorrido y los vehículos pesados, los pasos urbanos de Irún -Santiago y Behobia- acogen mayoritariamente el tráfico de trabajadores transfronterizos, que no tienen que mostrar PCR negativas, en ninguno de los dos sentidos