La vida no se entiende sin teléfonos móviles, sin embargo su uso hace que nuestros datos personales estén cada vez más expuestos.
También nuestras conversaciones porque pueden "estar escuchándonos" sin ser nosotros conscientes, en la mayoría de los casos con fines comerciales.
¿Nos espían las empresas? la respuesta es que no, al menos de forma deliberada. En la mayoría de los casos los usuarios han dado su permiso, a veces sin darse cuenta, para escuchar y mandar publicidad dando acceso al micrófono de su dispositivo.
También a veces lo estamos autorizando sin saberlo al dar nuestro consentimiento al descarganos alguna aplicación.
El problema llega cuando, sin nosotros saberlo, nos graban una conversación. Esa práctica es ilegal, a no ser que sea por mandato judicial. En ocasiones pueden llegar a utilizar nuestros datos de manera fraudulenta, de ahí que debamos vigilar las aplicaciones y páginas que visitamos en la red.
Vivir hiperconectado tiene sus ventajas pero siempre que sea con seguridad y sin olvidarnos como cuando salimos de casa, de cerrar la puerta.