Los militares españoles que han desarrollado su trabajo en Afganistán y que en mayo regresaron a nuestro país una vez finalizada su misión, se preguntan ahora, si su labor ha sido en vano tras la retirada de Kabul.
“Nos deja con una sensación del deber cumplido, pero con la misión fracasada”, asegura a Telemadrid uno de los soldados que estuvo en la base de Qala i Naw, en 2011. Ve con horror como se desvanece su trabajo en Afganistán y se pregunta para qué tanto sacrificio.
Una sensación parecida tienen estos días, los familiares de los militares españoles que han perdido la vida en los últimos años en Afganistán.
Es el caso de Estefanía, la mujer del policía Gabi San Martin, que a su hijo de 6 años no quiere hablarle de la nueva etapa que se ha abierto en esa zona en la que su padre se dejó la vida.
Defraudada con la retirada también está Granada, que perdió a su hermano, el comandante Ripollés en el accidente del Yak-42 en el que en el año 2003, perdieron la vida 75 militares españoles.