Montserrat Caballé apenas podía caminar cuando en 2013, un año después de su ictus, viajó a Armenia contra el consejo médico de no tomar aviones o sobrepasar los mil metros de altura en un periplo de peregrinación, música y compromiso con ese país hoy devastado que ahora ve la luz en forma de disco póstumo.
"Antes de visitar las iglesias por las que pasamos, avisaba: 'No puedo subir a más de 900 metros'. Sabíamos que algunas estaban a más, pero aguantaba todo lo que podía", ha recordado hoy en rueda de prensa en Madrid su hija, la también soprano Montserrat Martí, para quien en aquel recorrido por el considerado primer país de la cristiandad fue "como si ella volviese a la vida".
Titulado "The Island of Christianity: Armenia & Artsakh", se trata del primer álbum que ve la luz tras la muerte de la Caballé hace tres años y recupera material inédito de gran valor simbólico, en el que colaboraron además otras dos figuras de primer nivel: Vangelis y Brian May.
"Mi madre era muy creyente, con una fe profunda, y esto es para mí un tesoro no solo artístico, sino también a nivel personal", ha dicho "emocionada" su hija en presencia del embajador de Armenia en España, Vladimir Karmirshalyan.
Este ha recordado que se trata de un álbum "irrepetible", tanto por la pérdida de la soprano como por la de muchas de las iglesias que visitó y que fueron destruidas en otoño a causa del recrudecimiento del histórico conflicto con Azerbaiyán por la región de Nagorno Karabak (la Artsakh del título).
Aquella visita de Caballé le costó pasar a engrosar la lista de personas "non gratas" del Gobierno de Bakú. "Aún hoy yo no puedo viajar allí", ha reconocido Martí al respecto."Mi madre era embajadora de buena voluntad de Unesco y había visto muchas desgracias por el mundo que visitó en silencio, porque lo hacía para ayudar de verdad. Ella no entendía por qué por tener una ideología o una religión distintas podías odiar tanto a otra persona", ha subrayado.
El viaje tuvo lugar en el contexto del 1.700 aniversario de la asunción del cristianismo por parte de Armenia, patria del monte Ararat, lo que lo convirtió en el primer país que adoptó este fe como religión de Estado. "Fuimos a conocer al jefe supremo de la iglesia armenia y estuvimos delante de las reliquias de la cruz de Cristo; había popes que nos cantaron 'a capella' con esas voces profundas que tienen y mamá lloró de emoción. Estaba delante de algo que para ella era un símbolo", ha rememorado Martí.
Armenia también fue donde se produjo el primer genocidio de gran magnitud del siglo XX y supuso la masacre de más de un millón de armenios que vivían en territorio turco, país que nunca reconoció los hechos. En su periplo por aquellas tierras, Caballé visitó el igualmente monumento dedicado a sus víctimas. "Fueron momentos emocionantes, porque percibes todo el dolor", ha destacado la soprano, antes de señalar "la pérdida tan grande para la humanidad" que ha sido la destrucción de tantos de esos lugares que ella pudo conocer junto a su madre.
Está todo recogido en el CD + DVD que integran "The Island of Christianity", producido por el director del festival tinerfeño Starmus, el astrofísico y músico armenio Garik Israelian, nacido precisamente en Artsakh y que fue quien además organizó el viaje de Caballé.
"Sus objetivos eran peregrinar y apoyar al pueblo armenio, del que conocía muy bien su historia. Para ello aprendió a cantar dos canciones armenias, lo cual es muy difícil en el tiempo en el que lo hizo y exigió horas y horas de estudio", ha reseñado.
Israelian ha destacado asimismo la participación de Vangelis, que aportó dos temas (su conocido "Like a dream" y "Habanera", una pieza nueva a la que Caballé puso letra), así como la de Brian May, que grabó su parte en Abbey Road para el tema de Queen "Is this the world we created?", sobre las injusticias del mundo.
"Es un disco que tiene mucho trabajo detrás y que se ha convertido en algo histórico, sobre todo para el pueblo armenio", ha subrayado, algo suscrito por el embajador de su país, que le dio la máxima condecoración estatal y que aún hoy, ocho años después, "considera a Caballé una de sus amigas".