El descontrol que ha generado en las comunidades autónomas y los ayuntamientos la crisis migratoria y la decisión del gobierno de trasladar sin aviso previo a miles de inmigrantes ha desembocado en una gran polémica política.
Gobierno y oposición se han cruzado acusaciones por la suerte de los inmigrantes.
El líder del PP Alberto Núñez Feijóo ha lamentado "la enorme improvisación" en los traslados de los inmigrantes irregulares llegados a Canarias. Están metiéndolos en aviones y dejándolos en paradas de autobús o en otros lugares".
También el presidente de Murcia, Fernando López Miras ha acusado al Gobierno central de "falta de lealtad, de colaboración y de trabajo conjunto".
El más contundente ha sido el presidente de Vox, Santiago Abascal que ha vinculado inmigración ilegal con la delincuencia e incluso ha acusado al Gobierno de Pedro Sánchez de fomentarla.
Desde el ejecutivo central se ha acusado a Feijóo de irresponsable e insolidario. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska se defiende de las críticas diciendo que son "discursos populistas con respuestas fáciles que luego lo que conllevan es la manifestación de una ignorancia importante".
Mientras las comunidades autónomas siguen acusando al gobierno de la confusión, del baile de cifras. El Ministerio de Migraciones ha confirmado que actualmente hay 13.000 personas en los centros de acogida de emergencia: 6.000 en Canarias y 7.000 en la península.