Los actores María Barranco, Jorge Sanz y Ana Turpin estrenan este miércoles, 13 de abril, en el Teatro Marquina de Madrid 'El premio', una comedia "ácida" y de la que va a "salir salpicada mucha gente" porque, defienden, "el humor tiene que ser provocador, sin censura", según sus intérpretes.
Escrita por Joaquín Gorriz y dirigida por Gabriel Olivares, la obra plantea hasta dónde puede llegar una persona por alcanzar el "éxito".
"La gente se va a sentir identificada por que todo el mundo tiene un precio y todo el mundo quiere un premio", incide Barranco sobre la propuesta teatral, una "comedia brillante" en la que se mete en el papel de una editora que propone a su expareja, un escritor venido a menos (Jorge Sanz), amañar un prestigioso premio de la editorial en la que trabaja.
La función "rompe los límites de los valores, de las relaciones y del talento", señala al respecto Sanz, quien asegura que se ha encontrado "muchas veces" con gente capaz de cruzar cualquier límite por el éxito tanto en el espectáculo como en otros oficios.
En 'El premio' todo ello se aborda desde el humor, un humor que para el conocido actor "no debería tener límites". "Uno puede ser malo, grotesco o maleducado, pero no puede estar censurado", asevera al hilo del debate generado tras la polémica reacción del actor Will Smith en los pasados Oscar.
Turpin coincide con Sanz y arremete contra cualquier respuesta violenta, al tiempo que marca la diferencia entre "reírse con la gente y no de la gente". A su juicio, "el humor tiene que tambalearlo todo para integrarlo".
"Responder de forma violenta es un reflejo de la violencia que tenemos dentro. Si quieres paz fuera primero tienes que tener paz tú", continúa la actriz, que en la obra se mete en la piel de la nueva pareja del escritor, quien se ofrece a escribirle la novela para optar al premio de 300.000 euros.
En este contexto, Turpin reivindica también el humor como un "signo de inteligencia". "La gente que no tiene humor me parece tremendamente peligrosa", avisa, al tiempo que incide en que tal y como está el mundo en la actualidad --con guerra, pandemias y crisis-- "hace falta reírse más que nunca".