Tercera jornada del juicio contra Rafael Amargo. En las conversaciones telefónicas entre el artista y varias personas, reproducidas hoy en la sala, hablan de gramos, de pastillas y de provisiones, pero sin apenas dar nombres de sustancias. Escuchas telefónicas que casi han provocado la suspensión del juicio.
Se trata del resultado de más de seis meses de escuchas en los tres teléfonos que tenía el bailarín. Pocos nombres explícitos en esas conversaciones. Se ha escuchado la voz de una mujer preguntándole si tenía 'tisú' (cocaína rosa). En otro momento, otra voz, supuestamente la de Amargo, pedía a una tercera persona que le diese 'tina', es decir, metanfetamina.
Esa misma voz negocia después la venta de un kilo. Dice que tienen preparados 13.000 euros que va a pagar un productor. Escuchas telefónicas a las que la defensa resta importancia: sostienen, como la familia del artista, que eran consumidores, no vendedores. "Él consumía pero no traficaba, y punto", declaraba ante la prensa su padre, Florentino García.