Son inquilinos que se convierten en okupas. Alquilan una vivienda y al poco tiempo dejan de pagarla. La 'inquiokupación' prolifera en el sur de la Comunidad. Sobre todo en Móstoles, Parla o Alcorcón.
Un fenómeno que pasa factura a los arrendadores, no sólo económica, también emocional.
María Luisa alquiló su vivienda en 2015 y con la pandemia sus inquilinos dejaron de pagar. Ella hoy lo necesita, pero sus inquilinos ni pagan el alquiler ni se van.
Julio lleva 4 años sin recibir un euro por el alquiler de su casa. La deuda supera los 20.000. El tiene sentencia firme y la fecha de lanzamiento se ha pospuesto hasta en cinco ocasiones porque es una familia vulnerable.
Este tipo de okupación prolifera en el sur de la región y sin embargo no consta en los registros oficiales.
Este domingo volverán a concentrarse frente al Congreso en busca de un cambio legislativo que les ampare.