Las organizaciones civiles que trabajan por los derechos humanos y los sindicatos más representativos firmaron este martes, Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial, un pacto social contra los discursos de odio, que nace con la vocación de convertirse en la base a partir de la cual los partidos políticos apuntalen un pacto de Estado sobre esta cuestión.
Lo hicieron en un acto celebrado en la madrileña sede de Fundación ONCE, que fue presentado por Laura González, vocal contra los delitos de odio de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales (Felgtbi+).
Los firmantes del pacto social entregaron una copia del texto a la directora general de Diversidad Sexual y Derechos Lgtbi del Ministerio de Igualdad, Boti García Rodrigo, y a representantes del PSOE, Izquierda Unida (IU) y Más País, para que lo tengan en cuenta en sus iniciativas políticas.
FIRMAS
El texto lo rubricaron en nombre de sus entidades la secretaria general de Fundación ONCE, Virginia Carcedo; el delegado del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi) para los Derechos Humanos y la Convención de la ONU de la Discapacidad, Gregorio Saravia; la presidenta de Cesida, Reyes Velayos; la presidenta del Consejo de la Juventud de España, Andrea González; la directora del Área de Acción Social de Red Acoge, Tania Vilkova; la directora general de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), Estrella Galán; la subdirectora de Hogar Sí, Maribel Ramos; la directora del Departamento de Incidencia Social de la Fundación Secretariado Gitano, Cristina de la Serna; la secretaria confederal de Mujeres, Igualdad y Condiciones de Trabajo de CCOO, Carolina Vidal; la secretaria de Políticas Sociales y Vivienda de UGT, Ana Isabel Gracia; la presidenta de Chrysallis, Encarni Bonilla; y Uge Sangil, presidenta de Felgtbi+.
SERVIMEDIA
CONTENIDO PACTO
Laura González explicó que esta iniciativa busca “erradicar los discursos de odio, que son una lacra para la sociedad, un mantra que ha consolidado situaciones que creíamos ya superadas”.
Para ello, plantea como objetivos “reforzar el consenso social y político en defensa de los grupos en situación de vulnerabilidad”, “impulsar la acción desde el Estado para proteger a los grupos en situación de vulnerabilidad por los discursos de odio” e “informar a las víctimas de sus derechos y de las herramientas que tienen para saber ejercerlos frente a dichos discursos”.
En ese sentido, reseña la importancia de pergeñar “medidas de respuesta social y política frente a los discursos de odio contra grupos en situación de vulnerabilidad”, forjar prácticas “de protección en el ámbito laboral”, propiciar “mejoras estadísticas y medición de los discursos de odio y sus efectos”, auspiciar la “formación y sensibilización sobre grupos en situación de vulnerabilidad y respeto a los derechos humanos”, reformar el “control de la aplicación de las herramientas jurídicas para proteger a los grupos en situación de vulnerabilidad”, incorporar mecanismos de evaluación y seguimiento del pacto y construir herramientas de “coordinación de la acción para evitar cualquier retroceso en derechos humanos de los colectivos en situación en vulnerabilidad”.
“UNA ESPAÑA MEJOR”
En su intervención, Virginia Carcedo atestiguó que este pacto social constituye un “ejemplo” más del “reto” que plantea la sociedad civil a los políticos para auspiciar una “sociedad más inclusiva, equilibrada y sostenida” desde la premisa de que “la diversidad genera riqueza y no enfrentamiento”.
Por ello, este texto ofrece la posibilidad de “sensibilizar, de dar voz a quien no la tiene, de dar oportunidades a quienes no las tienen” para que sea posible la construcción de una sociedad más justa.
En la misma línea, Uge Sangil arguyó la importancia de que este pacto permita construir un pacto de Estado para “erradicar de la esfera pública aquellos discursos que estigmatizan a los colectivos vulnerables” y que están detrás del incremento de los delitos de odio contra este segmento de la población.
Esto le sirvió para denunciar que los discursos de odio tienen “efectos terribles” en la vida de estas personas, alertando de que “ponen en riesgo la convivencia social”.
Por esa razón, postuló a las entidades firmantes del texto como los agentes adecuados para construir “una España mejor y respetuosa con los derechos de las personas”.
Por su parte, Reyes Velayos aprovechó para desear que el pacto social permita “visibilizar” el “estigma” que sufren las personas con VIH, mientras que Andrea González destacó que el Consejo de la Juventud siempre aportará su “granito de arena” para ayudar a los colectivos más vulnerables, entre los que situó a los propios jóvenes.
Estrella Galán reclamó responsabilidad a los partidos políticos para que no pongan en la “diana” a los migrantes y refugiados durante la campaña electoral de las elecciones autonómicas, locales y generales que se celebrarán este año, al tiempo que Maribel Ramos recordó que “ninguna persona vive en la calle porque quiere”.
A su vez, Cristina de la Serna puso de manifiesto que el pacto social ha surgido de “la unión desde la diversidad”, lo que espera que permee entre los políticos, mientras que Carolina Vidal advirtió de que “toca hacer pedagogía y apología de la diversidad, porque un monstruo recorre Europa y también España abonando el terreno para futuros atentados contra la igualdad”.
Por último, Ana Isabel Gracia comentó que “los seres humanos nacemos iguales y libres en dignidad y derechos, los cuales tienen que preservarse”, y Encarni Bonilla trasladó a la sociedad que los padres de las personas trans “nos sentimos muy orgullosos de nuestros ‘hijes’, que son el futuro y por quienes tenemos que luchar para preservar sus derechos, que no pueden ser vulnerados”.