El elevado precio del aceite de oliva ha disparado los fraudes en los últimos meses. Adulteración o falso etiquetado de aceites que se hacen pasar por oliva cuando realmente no lo son han llevado a los Cuerpos de Seguridad y las autoridades sanitarias y de consumo a realizar diversas intervenciones.
Ahora, investigadores extremeños han conseguido identificar mediante ultrasonidos cada tipo de aceite. Una práctica no invasiva y barata para garantizar la calidad de este alimento.
Cada aceite, afirman, tiene un ADN acústico y el profesor en el área de Tecnología de los Alimentos, de la Universidad Politécnica de Cáceres Alberto González ha dado con la manera de detectar esa huella.
Con este análisis, en función del sonido que devuelva la muestra, se sabe si es aceite de oliva o no, con lo que fácilmente se pueden detectar fraudes.
La tecnología permite realizar comprobaciones a lo largo de todo el proceso, desde la almazara hasta la estantería del comercio.