La invasión de Ucrania y la subida de los precios tienen otra consecuencia. Todo apunta a que la demanda de viajes para disfrutar de vacaciones se va a ver congelada. En enero los viajes aéreos cayeron casi un 50% respecto al 2019. La tan deseada recuperación del turismo parece que tendrá que esperar.
Para las agencias de viajes la guerra es la gota que colma el vaso. Tras la sexta ola de la pandemia con la variante ómicron tenían buenas perspectivas, el conflicto bélico hace que se paralicen. Ya se han retrasado al mes de mayo circuitos por Polonia y la gente llega a la agencia con miedo a viajar a países europeos. Los precios de los paquetes también empiezan a subir, incluso dentro de España.