Cataluña ha acordado que las piscinas públicas y privadas podrán llenarse siempre que se abran a la ciudadanía.
Serán consideradas refugios climáticos como exigían los ayuntamientos para dotarles de más herramientas de cara a la emergencia por sequía.
Por otro lado, la Generalitat ha fijado un tope específico de consumo máximo para establecimientos turísticos, de 100 litros por plaza en fase de emergencia, como están ahora Barcelona y Girona.
Según el Govern, el umbral de 100 litros en fase de emergencia es equivalente al consumo doméstico de los ciudadanos catalanes.
Eso sí, ese umbral para el turismo será obligatorio solo en municipios donde, durante tres meses, se superen las dotaciones máximas contando todos los consumos (200 litros por habitante y día en fase de emergencia), un límite que por ejemplo no supera la ciudad de Barcelona.