Una visión inédita y política de Marc Chagall vertebra la exposición de la Fundación Mapfre "Un grito de libertad", compuesta por 160 obras y 90 documentos de este artista marcado por las dos guerras mundiales que atravesaron sus casi cien años de existencia (1887-1985).
"Según mis recuerdos cuando yo era pequeña, él no era alguien positivo. No era un ambiente de ese tipo", ha explicado este miércoles durante la presentación Meret Meyer, nieta del gran artista ruso y una de las comisaria de la muestra que se podrá ver entre el 2 de febrero y el 5 de mayo.
La visión de un artista dulce y onírico, desapegado de la realidad, que se desprende de algunos estudios sobre su obra, ha sido revisada en profundidad a la luz de un trabajo de archivo que ha incluido la traducción, por primera vez, de parte de su correspondencia y escritos en yidis, su lengua judía materna.
Se han examinado cientos de documentos en los que expresaba preferentemente sus compromisos políticos y humanistas. Noventa de ellos se exponen junto a cuadros emblemáticos como "El violinista verde" (préstamo del Museo Guggenheim de Nueva York) o "Soledad" (Museo de Arte de Tel Aviv).