Las oficinas se trasladan a los restaurantes en estas fechas porque llegan las comidas y cenas de empresa. Es tiempo de juntarse en torno a una mesa y dejar el trabajo a un lado.
Son momentos en los que gracias a la cerveza y a vino los empleados se desinhiben con sus compañeros y estrechan lazos con los jefes. También puede pasar que por culpa de la bebida, en algunos casos, se pierdan los papeles y se digan cosas de las que luego nos arrepentimos.