En la Comunidad de Madrid ya son 300.000 las personas que ayudan a quienes más lo necesitan. Todos esos voluntarios comparten una vocación de servicio, aunque cada uno la descubrió de una forma distinta.
Por ejemplo, la historia de María del Carmen, quien acudió a Cruz Roja en busca de ayuda por culpa de una crisis personal. Han pasado tres años y medio desde entonces y, aunque ahora tiene trabajo, sigue colaborando para que otras personas encuentren su camino en la vida.
Apoyo de todo tipo
Tanto a ella como a los 300.000 voluntarios de la Comunidad de Madrid, les gusta el voluntariado y coinciden en su “carácter adictivo”. Aseguran que, una vez que entras a formar parte, "ya no quieres dejarlo".
Realizan desde apoyo escolar hasta animación de hospitales, pasando por acompañamiento a personas mayores. Sólo hacen falta ganas de ayudar, porque la recompensa está garantizada.
Por razones como esas, un 6% de la población madrileña ya está convencida. Y todo gracias a las 1.300 entidades que organizan ese trabajo.