La contaminación lumínica crece en Europa. Nuestras noches son cada vez más brillantes y azuladas, por culpa del avance de las luces led.
Investigadores de la Universidad Complutense han analizado, durante años, el mapa nocturno de las grandes capitales europeas, entre ellas Madrid.
Las imágenes de la Estación Espacial Internacional reflejan la cantidad de luz que emitimos desde la Tierra.
El problema está en el avance del uso de las luces led. No todas son perjudiciales, señalan los investigadores. Lo son las más blanquecinas, las más frías que pueden llegar a ser una amenaza de los ecosistemas e incluso afectar a nuestra salud.
Durante 14 años los investigadores analizaron las luces, de las grandes capitales. Madrid ha mejorado y es, a día de hoy, un ejemplo de sostenibilidad.
Sin embargo, avisan, las lámparas luminosas como las instaladas en la Gran Vía o las típicas luces de Navidad sí nos hacen más contaminantes y visibles a miles de kilómetros.