El presidente electo de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha pedido desde la tribuna de oradores del Parlamento regional el apoyo de los dos grupos de la oposición, de PP y Vox, para proceder a cambiar la ley electoral vigente en la Comunidad Autónoma, supeditando el resto de consensos a lo largo de la inminente legislatura a que las dos formaciones se sumen a esta iniciativa. Por ello, insiste en conseguir ese consenso en la Cámara regional. "Y si me rechazan la posibilidad y el acuerdo para corregir este error democrático, si no hay acuerdo en esto, va a ser imposible que lo haya en todo lo demás", ha apuntado.
Incluso, ha dicho, que esta tierra "no puede tener esta humillación democrática". "Si gana Vox, que gane Vox; si gana Podemos, que gane Podemos, pero no se puede gobernar por ley", ha indicado.
A Paco Núñez "o a quien vaya a venir" a sucederle en el PP, se lo va a seguir "planteando". "Tiene que haber voluntad de acuerdo y tiene que haber acuerdo". "Y si no, no es que tengamos mayoría absoluta, es que la aplicaremos".
En la primera sesión de su debate de investidura, García-Page ha lamentado que con la actual ley electoral, que otorga 33 diputados al Parlamento regional, "un tercio de la población está sin representación".
Además, ha asegurando que los 'populares' son los más interesados en prestar ese apoyo y revertir la actual situación para así borrar la "mancha democrática" de que el Estatuto autonómico sea el único en España que se modificó con los votos de un sólo partido.
En su discurso de investidura, que ha tenido una duración de casi dos horas y media, García-Page ha pedido la confianza a los diputados del Parlamento autonómico para ser investido presidente por tercera vez consecutiva, aunque sea de manera “prevenida” para la oposición.
Page se ha comprometido a ser un presidente “radicalmente moderado” para los próximos cuatro años, a la vez que “muy firme” en la defensa de los intereses de la región.
En cualquier caso, ha asegurado que por delante de los intereses de Castilla-La Mancha solo se sitúan los intereses de España, pero ha matizado que se trata de una España en la que tienen que caber "todos", porque "no hay una España única", y se ha mostrado contrario a "fabricar un modelo de país en el que solo quepan unos poquitos". Por todo ello, ha pedido el apoyo de la cámara para continuar con "el proyecto de cambio" que inició hace ocho años, con el objetivo de que "no se interrumpa el cambio".
"No soy un político conformista. Si alguien espera una mera continuidad, se va a equivocar, voy a continuar para seguir cambiando las cosas", ha asegurado.
En su discurso de investidura, ha asegurado que la región no va a retroceder "ni un milímetro" en materia de Igualdad, que seguirá manteniendo rango de Consejería. "La igualdad es por lo que estoy aquí", ha asegurado el presidente electo, que ha reservado el bloque de Igualdad para poner el broche a su discurso, en el que ha pedido "reconocer" que una parte de las injusticias que padecen las mujeres tiene su origen "en la actitud de las personas".
Por ello, ha abogado por corregir la tendencia de que la mitad de la población pueda tener más privilegios que la otra mitad a través de medidas estímulos para los próximos cuatro años, que conformarán la "columna vertebral" de su nuevo gobierno.
El debate continuará en las Cortes de Castilla-La Mancha este jueves con la intervención de los grupos parlamentarios -Vox, PP y PSOE- y finalizará con la votación en la que, gracias a la mayoría absoluta de los socialistas en la cámara, previsiblemente García-Page será investido presidente de Castilla-La Mancha por tercera vez consecutiva.