El agresor del sacristán asesinado en Algeciras tenía una orden de expulsión de nuestro país que no se había ejecutado desde el pasado verano, por lo que estaba en España de forma irregular.
Yassine Kanjaa muestra una media sonrisa después de ser detenido. No tenía antecedentes policiales por delitos comunes ni terroristas. Los investigadores reconstruyen ahora su entorno y sus movimientos en los últimos días.
Con una gran frialdad
Frialdad absoluta y una sonrisa satisfecha en el rostro. Es la actitud de Yassine Kanjaa tras ser detenido por asesinar al sacristán.
Tiene 25 años, nació en Marruecos, está en España de forma irregular y desde junio tenía un expediente de expulsión de nuestro país.
Yassine tiene antecedentes psiquiátricos en Tánger. Interior niega que la brigada de Información le estuviese siguiendo, aunque según fuentes policiales sí estaba en el radar al moverse en un entorno marginal. Según las comunidades musulmanas, no le conocían.
La policía ha registrado su vivienda y trata de averiguar si se radicalizó en foros extremistas o con propaganda yihadista.
Desde hace años, tanto Alqaeda como el Estado Islámico han llamado a cometer atentados improvisados. En 2018 un terrorista intentó apuñalar a una agente de los Mossos de Esquadra en Cornellá y en 2021 otro hombre atropelló a varias personas en Torre Pacheco dejando un muerto y cuatro heridos.
Un pequeño pueblo costero marroquí, ubicado a seis kilómetros de la frontera con Ceuta, es la localidad de origen de Yassine Kanjaa, el presunto terrorista detenido por acuchillar este miércoles hasta la muerte a un sacristán en la ciudad española de Algeciras.Kanjaa decidió emigrar a España en 2029 en busca de oportunidades. Según el imán que lleva diez años al frente de su mezquita, Kanjaa frecuentaba el templo antes de irse, pero no mostraba ningún comportamiento radical.