El rey Felipe VI ha hecho este lunes un llamamiento a "seguir apreciando y valorando" el Tribunal Constitucional, "como bien se merece, con toda consideración y respeto", por considerar que se ha convertido en "un defensor eficaz de las garantías democráticas" y, por tanto, en el "garante por antonomasia" de la democracia española.
En su discurso en el acto que se ha celebrado con motivo del 40 aniversario del alto tribunal, el jefe del Estado ha destacado la "enorme y valiosa aportación" del alto tribunal al "desarrollo y consolidación" de la democracia española, "al velar por la supremacía constitucional" que es la base de la democracia.
El Tribunal Constitucional, ha recordado, es "la suprema garantía del Estado de Derecho, en el que todos los poderes públicos han de estar sometidos a la Constitución y al resto del ordenamiento jurídico" y en el que esa misma Constitución reconoce a todos los ciudadanos derechos y libertades "que los poderes públicos han de respetar".
En un acto con medidas de seguridad por la pandemia de Covid-19, el Rrey ha reconocido que las consecuencias de ésta aún se prolongarán pero ha confiado en que la sociedad española "continuará afrontándola con prudencia, solidaridad y responsabilidad".
El Rey ha subrayado la labor esencial del Tribunal Constitucional "en el reconocimiento y protección de los derechos y libertades de los ciudadanos" y "su contribución decisiva y determinante en la articulación territorial del Estado conciliando su unidad y su diversidad", además de su defensa del principio de "sometimiento de todos los poderes a la Constitución y a la Ley", garantizando que las controversias en la "vida política se resuelvan a través de los procedimientos legales previstos".
Don Felipe ha querido hacer una "justa valoración del periodo más largo de desarrollo social, político y económico de la historia de España", una democracia que "ha hecho posible la convivencia en libertad entre los españoles, basada en principios democráticos garantizados por el respeto a la ley como expresión de la voluntad general de los ciudadanos". En democracia, ha dicho, el Tribunal Constitucional ha desempeñado una labor esencial como intérprete y defensor jurisdiccional de la Constitución, "no solo de su letra sino también de su espíritu".