La comparecencia de Pedro Sánchez y Olaf Scholz evidenció las diferencias que ambos dirigentes mantienen en relación al pacto de estabilidad presupuestaria de la UE, el acuerdo de hace una década para evitar desajustes fiscales en las cuentas públicas.
El canciller alemán defendió claramente que el pacto fiscal sigue vigente, y la austeridad en el gasto que implica, algo que rechaza el gobierno de Pedro Sánchez, y que se alinea no con su homólogo socialdemócrata alemán sino con los gobiernos de Draghi en Italia y de Macron en Francia.
El líder del PP, Pablo Casado, ante esta discrepancia, defiende el rigor fiscal en las cuentas.