En cinco bases del Ejército español ubicadas en Madrid trabajan de manera voluntaria miembros de la tropa realizando el seguimiento de contactos estrechos con personas infectadas. Son parte del dispositivo que este mes alcanzará los 1.600 rastreadores en la región.
En la base de El Goloso se encuentra la Brigada Guadarrama XII. En ella 30 militares realizan unas 4.000 llamadas semanales en las que muchas veces se encargan de dar la mala noticia a los contactos e incluso a los positivos.
Cambiar el tanque por un teléfono
Los voluntarios proceden de otros destinos y han preferido cambiarlos por este servicio a los ciudadanos. El cabo Carlos Albo, por ejemplo, ha cambiado su carro de combate por un teléfono, pero asegura sentirse satisfecho con esta labor.
El teniente Héctor Sánchez cree que con su trabajo están aliviando la presión de los otros rastreadores de las diferentes áreas sanitarias. En este centro de El Goloso se realizan unas 600 llamadas diarias, de lunes a domingo. Suelen localizar en cada jornada 300 contactos de personas positivas para avisarlas de su posible contagio e iniciar las medidas de prevención y contención del virus.